Adios 2020
Parecía que nunca iba a llegar el final del 2020 y ya está aquí está.
El 2020 ha sido la ruta más exigente de todas las que hemos recorrido, la que nos ha puesto a prueba a todos, con miedo, incredulidad, haciendo que perdiéramos el rumbo en muchas ocasiones.
Esta noche escucharemos las campanadas en el reloj de una vacía puerta del sol y diremos adios al 2020.
Tomaremos las uvas y brindaremos con cava echando de menos a los que, camino de la cima, se quedaron sin fuerzas para seguir ascendiendo.
Incluso los que tenemos la suerte de haber recorrido el 2020 sin contratiempos, sin que nadie se haya quedado en el camino, levantaremos las copas más solos y tristes que otros años, por no poder compartir el momento con familiares y amigos.
Pero esas copas, no solo estarán llenas de cava, estarán repletas también de todo lo que hemos aprendido este año que, difícil sin duda, ha sido también un gran aprendizaje.
Estarán llenas de aplausos, de videollamadas, de gimnasia en casa, de paseos por los lugares cercanos, de libros, películas, de conversaciones y risas en la cama dejando pasar el tiempo que había que gastar en casa.
El 2020 ha sido duro, pero como un maestro exigente nos ha enseñado grandes cosas.
Yo he aprendido a vivir de otra manera, a distinguir lo que realmente es importante.
He dado gracias por cada momento que he podido compartir con mi familia, descubriendo que en el simple día a día hay momentos tan hermosos como en los viajes más espectaculares.
He aprendido que en la maleta de la vida llevamos a gente a la que en realidad no necesitamos y que hay personas a las que no esperaba añorar y de las que estaba deseando escuchar su voz en una llamada.
Se echan de menos los besos y los abrazos, sí, pero yo he aprendido que querer estar cerca de alguien es poder estarlo, y que una llamada, una video conferencia o una conversación desde la terraza de al lado pueden ser tan satisfactorias como un cara a cara.
Porque la cuarentena, las limitaciones de movilidad y la conciencia social han propiciado nuestra creatividad. Hemos celebrado cumpleaños online, regalado vídeos hechos con poca técnica pero mucho cariño, nos hemos complicado la vida para estar cerca aunque los kilómetros nos separaran.
Y lo hemos conseguido. Hemos conseguido estar cerca aún estando lejos.
El 2020 se termina ya, pero el 2021 no cambiará nada radicalmente. Los que sí que hemos cambiado hemos sido nosotros. Y lo hemos hecho para bien.
Aprovechémoslo para el 2021.
¡Feliz año nuevo!